Estamos construyendo un puente que conecta los dos altiplanos más altos de la tierra: el Tíbet y los Andes. Mientras en la «Cima del Mundo» (el Tíbet) radican millones de budistas tibetanos no evangelizados, los Andes también contienen una gran población indígena, él cual incluye muchos cristianos evangélicos.
Aunque se encuentran en lados opuestos del globo, los pueblos de estas dos regiones montañosas comparten un clima, geografía, altitud e incluso color de piel similares. Sin embargo, los andinos tienen algo único que ofrecer a los tibetanos: un conocimiento de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.
Queremos entrenar y enviar obreros que no solo estén capacitados espiritualmente, sino que también estén equipados fisiológicamente para prosperar en uno de los climas más elevados y duros de la tierra.
Necesitamos voluntarios (pastores, maestros y expertos en alpinismo) para preparar a los nuevos misioneros en los Andes del Perú, y también un ejército de apoyadores e intercesores fieles.
En mi primer viaje a China (Agosto de 2002) no hablaba chino. Bueno, eso no es del todo cierto. Creo que podría contar hasta tres: Yi – Er – San. Y al final de las dos semanas, tal vez sabía cómo decir hola (Ni Hao) y adiós (Zaijian), pero no…
Patrocine el primer viaje de un nuevo misionero al Tíbet, o comprométase a apoyar y orar por una familia misionera intercultural a largo plazo…